Para volver de nuevo a la rutina blogguera, que ya era hora después de los exámenes, voy a publicaros un relato precioso.
Erase una vez yo conectada al tuenti por la tarde de un domingo (algo raro en mi xD) cuando descubro que una amiga mía a actualizado su tablón con un texto precioso. Lo devoro más que leerlo y le pido por favor que me permita compartirlo con más gente. Y cuando estoy escribiendo esto, ya sabeis lo que contesta : )
Espero que lo disfrutéis tanto como yo.
Este pequeño
relato va dedicado a todas esas personas que hoy empiezan a hacerse mayores y a
asumir
responsabilidades. Y si tuvieran la oportunidad hoy de hablar con él
mismo cuando todavía su vida no
estaba envuelta en verdaderas preocupaciones,
les dirían cosas parecidas a estas para intentar ayudarles, y
también a modo de
desahogo para aquellas personas que alguna vez se equivocaron y hoy quieren
hacer mejor
las cosas. Y personalmente para mí, lo hago porque la gente que me
conoce sabe soy chica de pocas palabras y
que soy bastante reservada, para que
me conozcan más y que me perdonen si alguna vez los errores que cometí
tuvieron
que ver con ellos.
Querida yo a
los 15 años:
Hoy quería hacerte un pequeño homenaje,
¿por qué? te preguntarás...pues yo te voy a decir por qué.
Porque fue tu año.
Yo te he visto crecer Sonia, a veces más
de lejos, a veces más de cerca. Y lo primero que más me gustaba de ti era la
sonrisa, esa sonrisa siempre estaba en tu cara, en tus ojos vidriosos, que
siempre brillaban. Daba igual que fuera lunes o jueves, o sábado, que tenías
vitalidad de sobra para llevar cada día, el despertador sonaba a las 8:15 y tu
estabas arriba en las 8:15 y un segundo, y como repito, con esa sonrisa. Te
recuerdo en tu instituto: la niña empollona, la niña de los sobresalientes, la
que le motivaban los elogios de profesores, y sin embargo tenías tiempo de
sobra para divertirte cada día con tus amig@s, y no te discriminaban de alguna
manera por ser así, cosa en la que tuviste mucha suerte porque la gente a esa
edad puede ser mala, e incluso sabes que años atrás alguna vez lo pudieron ser.
Cosa que no he entendido nunca…¿reirse de los que sacan buenas notas? ¿En qué
narices pensaban esos críos? Me gustaría saber donde están ahora y que vieran
donde estoy yo, sin embargo, yo no me voy a reir de ellos.
Habrás
observado que te he llamado niña, y no ha sido un error: niña. Sonia, tú con 15
años eras una niña
lindísima, que no tenía prisa por crecer. Ya sabes que ahora
las niñas parece que tienen muchas ganas de dar
pronto ese primer beso, de
estar con un chico, de vestirse de mayor, maquillarse… Yo bien me acuerdo que
ya
empezaste a esa edad a buscar ese lado femenino, ese toque estético, por
supuesto, era totalmente normal,
pero poquito a poco, ¿verdad? ¿para qué darse
prisa? Hay toda una adolescencia para coger experiencia, y
encontrarte a ti
misma, sin embargo a tu alrededor veías que otras chicas te decían "pues
yo he cortado con mi
segundo, o tercer novio". Recuerdo que alguna vez a
lo mejor te daba un poquito de celos ver que tus amigas
ya tenían al menos un
"amor" que guardar en sus memorias, pero yo sé que fue más por
influencia que porque
realmente sintieras que ya estabas preparada. Yo me
acuerdo que decías que no lo entendías, que para qué
empezarse a romper el
corazón tan prontito cuando sabías que tarde o temprano ya te tocaría, por ley
de
vida... ¿por qué ahora estas pobres "niñas mayores" quieren
renunciar tan pronto a su niñez y meterse en este
mundo del que si supieramos
como es antes de llegar a él, nos quedaríamos en los 12 años y pediríamos por
lo
más sagrado quedarnos en esa edad? ¿Te cuento un secreto? Hoy yo sigo sin
entenderlo.
Por todo esto, recuerdo aquellos días, en
los que la tarea para casa no eran más que 3 ejercicios de Inglés, dos de
Fisica y Química, y puede que alguno de Matemáticas. Y los exámenes eran de un
tema, y lo más complicado era estudiar los temas de Ciencias Sociales, porque
¡entraban 3 para los exámenes!.
Entonces estaba de moda el messenger, y
hablabas con la gente después de terminar los deberes, o podrías jugar online
con alguien (¡aquello era lo más!). Mirabas en internet fotos de Daniel
Radcliffe y las coleccionabas (luego descubrirás que los hay mucho más guapos
XD). Y siempre tenías un hueco para jugar con tu hermano a la Play Station, a
los juegos de toda la vida: Tarzán, Hércules, Spyro, Crash,... te encantaban,
me acuerdo. ¿Te acuerdas de lo que te reías jugando al Worms Word Party? ¿Los
piques con tu hermano de 11 años por ver quién ganaba? ¿Las riñas entre
hermanos por cualquier tontería que se pasaba escasos 5 minutos?
¿Te acuerdas también, que para pasártelo
bien con tus amigas lo único que tenias que hacer es comprarte una bolsa de
chuches y sentarte en un banco de la plaza a hablar de chicos, de series, o de
lo que surgiera? Si yo te dijera ahora como se divierten…
También tengo en la memoria recuerdos con
tus padres, Sonia, recuerdo que siempre te daban consejos a medida que descubrías
nuevos aspectos de la vida, te han ayudado y te ayudan en todo lo que pueden, y
que muchas veces ya te hartaba, porque sentías que a lo mejor te estaban
controlando demasiado, y sé que a veces te costó alguna bronca con ellos,
pocas, yo recuerdo que nunca has sido niña que decepcionara a sus padres, sin
embargo querías independencia, querías desplegar tus alas, querías, como todo
adolescente en potencia “que no te controlaran tanto la vida”.
También me
gustaría recordarte una cosa muy especial: el tiempo. ¿El tiempo como tal? Sí,
esos días
interminables de verano en los que hacías 1001 cosas diferentes, y lo
mejor de todo Sonia, había tiempo para
todas. No había día que no nadaras en la
piscina, ¿te acuerdas? ¿te acuerdas cuando no hacía falta un
ordenador para
entretenerse todo el día?
Sin embargo Sonia, todo esto que te estoy
contando y que tú ya sabes, va encaminado a un objetivo, y es que, si tuvieras
una segunda oportunidad de volver a vivir la etapa de la adolescencia la
vivieras teniendo en cuenta mi experiencia:
Recuerda esta frase y no solo para vivir
tu adolescencia, sino para el RESTO DE TU VIDA. La familia Sonia, LA FAMILIA,
es lo más importante en esta vida. Has pasado 18 años en casa con tus padres y
con Fernando, sé que muchas veces a lo mejor te sentías agobiada porque no te
dejaban tu espacio, pero yo hoy Sonia vivo fuera de casa, hoy estoy estudiando
en la Universidad, porque ya sabes que no hay en Almagro, y aunque
afortunadamente puedo venir todos los fines de semana, no es lo mismo Sonia,
no. Yo te digo, con la mano en el corazón, que disfrutes mucho, muchísimo estos
años con tus padres y con tu hermano en tu casa, te pido que los comprendas
cuando se preocupen por ti, te pido que te lleves muy bien con tu hermano
pequeño, porque lo que tú luego no sabrás es lo mucho de menos que vas a echar
algo tan simple como sentarte en el sofá a hablar con tu madre un rato, hacer
una broma con tu hermano,o simplemente dar un paseo por tu pueblo, estar en tu
instituto,… esas cosas que las veías día a día y que incluso ya te aburrían.
Piensa una cosa Sonia, los niños cuando llegan a adolescentes siempre pasan de
sus padres porque quieren “ir a su bola” quieren creer que son mayores para que
nadie les diga lo que tienen que hacer, pero luego dejas de ser adolescente y
con un poco de suerte estudias, pero tienes que estudiar fuera o lo mismo
trabajas, pero también fuera, porque no es normal que el trabajo te pueda salir
en Almagro. Cuando ya te has convertido en adulto Sonia, llega el momento de
estabilizar tu vida, y consigues tu independencia plena, es hora de enfocar tu
propio camino. Y hay una cosa muy curiosa Sonia, te das cuenta de una cosa: tú
eres adult@, pero tus padres… ya no, ya son mayores, tienen seguro alguna cana
y arruga y ya no tienen esa energía como cuando te perseguían para jugar
contigo, seguro, ahí te vas a dar cuenta de que no van a estar ahí contigo para
siempre, y empiezas a pasar ese tiempo con ellos que tanto se merecían mucho
atrás. Algunos adultos tendrán la oportunidad de darse cuenta, otros ya estarán
demasiado separados de sus padres para que les importe demasiado. En cualquier
caso, una cosa es cierta, todo tiempo es poco, y que no te pase como a esa
gente, tú NUNCA separes tu vida de la de tus padres, para que el día que se
vayan ellos estén felices y tú no tengas que arrepentirte de nada.
A día de hoy, llevo dos años viviendo
fuera de casa por los estudios como ya te he dicho, y ya los echo mucho de
menos, pero por suerte todavía tengo tiempo Sonia, y tú, algunos años más. Con
que hoy cogieras solo este consejo, yo me doy por satisfecha: Disfruta,
aprende, equivócate, llora, ríe, y deja que ellos formen parte.
Mi segundo
consejo para ti es: no te obsesiones con los estudios. Porque va a haber
temporadas que lo vas a
pasar muy mal por querer ser tan perfeccionista, por
intentar ser la mejor, vas a llegar a exigirte por encima de
tus posibilidades,
cuando tus propias posibilidades ya son increibles. La gente no te va a querer
ni más ni
menos porque saques un 10 en todo o saques un 7, o un 4, que alguno
tendrás. Ten esto muy en cuenta y te
ahorrarás más de un examen de matemáticas
en el que te quedarás en blanco. Relájate, haz las cosas con
calma, sacar un 10
o un 9 no es lo más importante, lo importante es que disfrutes con los nuevos
conocimientos
que vas a ir adquiriendo, porque llegará un día que te darás
cuenta de qué es lo que quieres estudiar
precisamente por eso, porque habrá
algo que realmente te guste sin que tu objetivo sea sacar sobresaliente en
la
asignatura, sino simplemente el hecho de saber porque te gusta, y porque un día
te gustaría dedicarte a
eso. Ahora, te digo una cosa, no va a ser fácil, la
cosa se va a ir complicando cada vez más, el nivel será
mayor, pero insisto, da
igual que estés en 3 de la ESO o en 2º de Bachillerato, no te obsesiones,
estudia para
vivir, no vivas para estudiar.
Mi tercer
consejo para ti tiene que ver mucho con el segundo: no te cierres a la gente. A
medida que crezcas,
sobre todo estando en la universidad Sonia, evita quedarte
en una habitación estudiando cualquier momento
que no estés durmiendo y
comiendo. Sé que es muy importante y a día de hoy te digo que sigas estudiando
como lo haces, porque lo haces de maravilla, y cada vez lo harás mejor, sin
embargo, eso te costará más de
una vez perder relación con gente, porque tiempo
que también se merecían que se lo hubieras dedicado lo
dedicaste también en
estudiar. O también porque te echaste un novi@ y centraste tu vida
esencialmente en
esa persona y olvidaste un poco a los demás. Eso te pasará
factura Sonia, las amistades valen un precio que
tú muchas veces no has pagado.
Llegará un momento en el que te sientas prácticamente asocial, que no
hablarás
con nadie porque no sabes de qué hablar, porque ya incluso no te acordarás de
cómo se mantenía una
larga conversación en la que los temas se iban enlazando y
podrías estar hablando horas, y horas, y
horas...llegarás realmente a sentirte
sola Sonia. No te niego que pueda ser porque también te encontrarás
gente que
no merece la pena, pero otra parte importante también será culpa tuya. Yo ahora
no sabría qué
consejo exacto, qué debes hacer para que no te pase más adelante,
porque yo todavía sigo buscando ese
equilibrio en el que estudio y compañerismo
vivan en armonía, porque de verdad te digo, es muy difícil
compaginarlos, así
que, intentaré darte un consejo por lo menos para ver si a ti te va mejor la
cosa: demuestra
a las personas que te importan, sobre todo a las más
especiales, intenta siempre tenerlos en cuenta en un
pedacito de tu mente, y de
tu corazón, aunque no puedas hablar tanto con ellos como te gustaría. Ellos
sabrán apreciarlo, y te lo devolverán.
Y el último
consejo Sonia, y que también tiene relación con los demás es el siguiente:
QUIÉRETE. Deja al
lado complejos absurdos de “estoy fea, estoy gorda, esto no
me queda bien, etc”. Entiendo perfectamente que
a tu edad la impresión física
es lo que más llama la atención, que te puedes sentir más integrado en la
sociedad estando “buen@” que siendo poco agraciado, que ser guap@ te hará más popular.
Pero más tarde
te darás cuenta de que el físico no es secundario, es terciario,
o incluso más bajo. La gente hoy te querrá por
los buenos momentos que les
hayas dado, no porque les hayas mostrado tu maravilloso físico. Sé que te
sientes insegura, que tienes algún complejo como todo el mundo, pero que no se
convierta en tu obsesión, no
busques gustarle a todo el mundo, lo importante es
que te gustes tu misma y que te quieras tal y como eres,
te aseguro que así es
cuando te querrá la gente. Tengo que decirte que a día de hoy intento
convencerme
todavía de este consejo que te doy, porque ya sabemos tu y yo, lo
que nos importa estar bien físicamente.
Intentémoslo las dos, ¿de acuerdo?
Sonia, te
deseo la mejor suerte del mundo, que consigas todo lo que te propongas, que
disfrutes de tu
adolescencia, solo tendrás una y obviamente querrás tener el
mejor posible recuerdo de ella, ¿verdad? Hoy te
he aconsejado yo a ti con casi
20 años. Algún día a esta joven le aconsejará una adulta, a esa adulta una
mayor… pero no hay prisa, tiempo al tiempo.
Sonia es mi compañera de habitación en la residencia. Ella también estudia Químicas como yo y muchas de las penurias las vivimos juntas. Las dos sabemos lo que es quedarse sin salir por estudiar. Las dos nos hemos obsesionado por las notas, y es verdad que no te van a apreciar menos si es un siete y no un diez, lo importante es que disfrutemos de lo más bonito: la química. Tenemos muchas cosas en común y creo que por eso me ha gustado tanto su relato.
Por último, agradecerle que me permitiera publicarlo, y desde aquí le mando un gran beso : )
Premio en mi blog!:)
ResponderEliminarufff... algo me huele raro por aquí...
ResponderEliminar