Para mí, American beauty era una de esas películas que sabes que existe, que sabes que tienes que ver en algún momento de tu vida y que a su vez, siempre la dejas a la hora de decidir que film te entretiene. Sin embargo, ayer decidí que ya es hora de ver dicho repertorio.
Esta película es el esperpento del sueño americano; casa grande, jardín cuidado, apariencias intactas, pero nada de eso da la felicidad. Está claro, que es una exageración llevada al extremo, pero bajo la historia particular de la familia Burnham, se muestran miles de vidas estancadas en la misma rutina día tras día, cansadas de fingir ser felices porque la sociedad se lo exige.
Al pensar en ese tema, hoy en 2013, parece un tópico, sin embargo, si nos situamos en el año de estreno y además le añadimos el gran trabajo de los actores, es posible entender el impacto que provocó. Mi personaje favorito, y yo creo que el de todos que la vean, es Lester Burnham, aunque tal vez se lo debemos a Kevin Spacey. Me gusta porque, aunque su final sea triste, muestra que siempre se puede intentar ser feliz a pesar de que tengas que sacrificar muchas cosas. Por otro lado, no logro entender el personaje de adolescente frustrado. Me parece más el perfil de un psicópata que el de una persona que trata de entender la vida.
Estoy segura que volveré a verla, tal vez no mañana, ni dentro de un mes, pero se necesitan más visualizaciones para afianzar la opinión sobre películas de este estilo .
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